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CNY: La economía china sigue teniendo un desempeño deficiente

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14 febrero 2019

Autor
Enrique Díaz-Álvarez

Chief Risk Officer at Ebury. Committed to mitigating FX risk through tailored strategies, detailed market insight, and FXFC forecasting for Bloomberg.

El Yuan chino (CNY) se vendió de forma bastante agresiva en 2018 debido a la incertidumbre sobre cómo la disputa comercial entre EEUU y China afectaría a la mayor economía de Asia.

La moneda perdió más del 5% de su valor en 2018, después de haber tocado, brevemente, en octubre, su posición más débil frente al Dólar estadounidense en más de una década. Sin embargo, en medio de la amenaza de guerra comercial y con los datos económicos nacionales, en general, más débiles, el CNY ha estado lejos de ser la moneda con peor desempeño en Asia en los últimos doce meses y, ha superado a otras monedas de la región.

La preocupación por una guerra comercial en toda regla entre EEUU y China ha sido el principal factor de riesgo para el CNY en los últimos meses, especialmente considerando que China depende de la demanda de EEUU ya que ésta constituye, aproximadamente, una quinta parte de sus ingresos totales de exportación. Trump ha impuesto y amenaza con imponer una serie de aranceles al país desde que asumió la presidencia, entre los que se incluyen los siguientes:

– Marzo 2018: aranceles del 25% y del 10% a las importaciones de acero y aluminio.

– Junio 2018: aranceles del 25% por valor de 50 mil millones de dólares, el valor de la mayoría de las importaciones de productos industriales de China.

– Julio 2018: Trump amenaza con imponer aranceles a todas las importaciones de China.

– Septiembre 2018: aranceles del 10% para un adicional de 6,000 artículos importados de China por un valor aproximado de 200 mil millones de dólares (potencialmente podría aumentar al 25% en 2019).

China ha tomado represalias imponiendo sus propios aranceles, aunque estos han sido más limitados. Sin embargo, los temores por una escalada en el conflicto comercial se han aliviado tras una fructífera reunión entre Trump y el presidente chino Xi a finales de noviembre. La reunión culminó con un período de “alto al fuego” de tres meses para todos los aranceles y, aunque lejos de garantizar un acuerdo, es un avance que sugiere que podría haber un acercamiento entre las dos superpotencias en el corto plazo. Seguimos creyendo que los temores sobre la guerra comercial son exagerados.

Sin embargo, esta incertidumbre comercial ha comenzado a filtrarse hacia un conjunto de datos económicos moderadamente más débiles en China. Las últimas cifras del PMI, probablemente el indicador más significativo de la actividad económica dado que las cifras del PIB de China son poco fiables, han sido bastante malas. La actividad en el sector manufacturero del país, ahora, se está contrayendo, con el PMI general de Caixin cayendo a 48,3 en enero, muy por debajo del nivel de 50 que representa un crecimiento plano y su nivel más bajo desde febrero de 2016. El mismo índice de Markit también se encuentra en territorio contractivo, lo que perjudica el crecimiento económico general.

El crecimiento del PIB sigue siendo significativamente más lento que el registrado durante gran parte de la última década y la economía china se expandió solo un 6,4% en el cuarto trimestre de 2018. Un fuerte aumento de la deuda bancaria pendiente, en torno al 150% del PIB total, y la incertidumbre sobre los precios de la vivienda han afectado a las perspectivas. Sin embargo, indudablemente, una escalada en la guerra comercial que derive, en el peor escenario, en un arancel general de EEUU sobre las importaciones chinas empeoraría aún más las perspectivas. El crecimiento interanual de las exportaciones ha sido, al menos, positivo en todos los meses menos uno desde noviembre de 2016, saltando a un 14,3% en enero; una señal alentadora.

La venta masiva del CNY frente al Dólar estadounidense arrastró a la moneda a la baja en términos ponderados por el comercio, representados como el índice CFETS RMB, a principios de 2018. Desde julio, sin embargo, el Banco Popular de China ha asegurado con éxito a la divisa frente a la canasta de divisas. Los responsables de política monetaria del PBoC se han comprometido a mantener la moneda estable frente a dicha canasta de divisas, la cual se compone de alrededor de un 22% de Dólares estadounidenses, un 16% de Euros, un 12% de Yenes japoneses, un 11% de Won de Corea del Sur y veinte monedas adicionales en base a la dependencia de China de cada país en cuestión de comercio internacional.

Creemos que la venta masiva que se registró en el índice a mediados del año pasado se debió, principalmente, a la fortaleza del Dólar estadounidense más que a la debilidad del CNY. La moneda se ha mantenido notablemente bien en términos efectivos reales en los últimos doce meses (-2,8%), en comparación con el índice de divisas del mercado emergente de JP Morgan (-10,0%).

La saludable posición de reservas del PBoC también significa que el banco central tiene mucho espacio para intervenir en los mercados de divisas, si fuese necesario. Las reservas de divisas se han mantenido bastante estables en los últimos dos años y, actualmente, se mantienen por encima de los 3 billones de dólares. La relativa estabilidad de las reservas muestra la disminución del apetito del banco central para intervenir, ya que permite que la moneda se mueva más libremente, aunque sigue siendo una herramienta viable.

Pensamos que los riesgos para el CNY, ahora, están más o menos equilibrados. Como hemos mencionado, las preocupaciones sobre la guerra comercial entre EEUU y China son, en nuestra opinión, un tanto exageradas. La sugerencia de Trump del 1 de marzo como fecha límite para que se alcance un acuerdo comercial es una señal particularmente alentadora.

Por otro lado, la economía china sigue teniendo un desempeño deficiente y, es probable, que la reciente disminución de los PMI cruciales compense, en gran parte, esta mejora en la confianza. Por lo tanto, pronosticamos un USD/CNY estable este año y en 2020 en torno a los niveles actuales, lo que también garantizaría un CNY relativamente estable en términos ponderados por el comercio. Sin embargo, estamos siguiendo cuidadosamente los datos macroeconómicos chinos; otra desaceleración brusca representaría un mayor riesgo a la baja para nuestro pronóstico.

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