Las divisas del G10 se mantienen en “modo espera” mientras suben los tipos de interés

EUR

Tras una semana tranquila para el euro, creemos que los índices PMI tienen potencial para impulsar a la moneda común. El consenso prevé un ligero aumento de la expansión, pero esto podría estar subestimando las recientes noticias optimistas sobre la economía de la eurozona, sobre todo la del desvanecimiento de la amenaza de una crisis energética. Por supuesto, una sorpresa positiva en estos datos aumentaría la presión para que el BCE recupere el tiempo perdido con las subidas de tipos, por lo que en general seguimos teniendo una visión positiva sobre el euro.

USD

La sorpresa inflacionista en EE.UU. no ha sido my grande, pero fue suficiente para detener la tendencia bajista que venimos señalando en la inflación subyacente, el indicador más fiable de la inflación futura.

Los índices de inflación subyacente parecen estabilizarse muy por encima del 4%, los salarios por fin se han puesto al día, y parece que la política monetaria aún tiene mucho trabajo por hacer para que la inflación vuelva a acercarse a los objetivos de la Reserva Federal. La Fed parece estar de acuerdo, y se opone firmemente a cualquier idea de que las subidas están a punto de terminar, o lo que es menos plausible, que el banco central esté en condiciones de relajar su política monetaria en un futuro próximo.

Nos parece destacable que el dólar no haya repuntado significativamente esta semana, lo que indica que tal vez se haya agotado su reciente recuperación contra tendencia.

GBP

La inflación del Reino Unido deparó una rara sorpresa positiva la semana pasada. Los datos sobre la inflación del sector servicios fueron especialmente alentadores. Este es el primer indicio de que la inflación subyacente del Reino Unido podría estar siguiendo la misma senda que la de EE.UU., aunque con retraso, e iniciará ahora una tendencia gradual a la baja, tras haber alcanzado su máximo en otoño de 2022. Esto se suma al giro positivo que han dado los datos británicos en general, en particular los del mercado laboral. Además, las ventas al por menor también sorprendieron positivamente.

En general, estamos de acuerdo en que el pesimismo en torno a la economía británica es exagerado y mantenemos una opinión positiva sobre la libra.

JPY

El yen fue una de las divisas del G10 con peor rendimiento la semana pasada (como reacción de los mercados al nombramiento de Kazuo Ueda como nuevo gobernador del Banco de Japón). En un principio, los inversores habían acogido positivamente la noticia de su selección el pasado viernes, aunque la constatación de que poco se sabe actualmente sobre Ueda contribuyó a un retroceso de estas ganancias la semana pasada.

Ueda y sus dos ayudantes, Uchida y Himino, comparecerán en público por primera vez tras su nombramiento durante las audiencias parlamentarias del viernes. Este podría ser un acontecimiento clave para el yen, ya que debería dar a los mercados una indicación más clara de sus respectivas posturas sobre la política monetaria, en particular su opinión sobre la posible necesidad de subir los tipos en Japón a finales de año. A finales de semana también se conocerán las cifras de inflación correspondientes a enero, y los economistas prevén que tanto la inflación general como la subyacente se sitúen en un nuevo máximo de varias décadas.

CNY

El yuan cerró la semana pasada con un descenso frente al dólar estadounidense, y más o menos en el centro del ránking de rendimiento de las divisas de los mercados emergentes. Tal y como se esperaba, los tipos de interés de la MLF y la LPR de China se mantuvieron sin cambios. No obstante, el banco se centró en las inyecciones de liquidez, proporcionando liquidez adicional a través de préstamos a un año y aumentando las ofertas de repos a corto plazo. El PBoC parece decidido a garantizar que las condiciones de financiación sigan siendo favorables para no poner en peligro la recuperación económica.

Aunque la polémica en torno a los globos aéreos podría haber terminado, la relación entre EE.UU. y China puede seguir en peligro como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Así se desprende de los comentarios del secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, que se reunió el sábado en Múnich con el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, al margen de una conferencia sobre seguridad mundial. Estados Unidos parece cada vez más preocupado por la relación entre China y Rusia, y por la perspectiva de que el gigante asiático preste ayuda militar a Rusia para contribuir a su esfuerzo bélico.

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