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PEN: La presión depreciativa en el Nuevo Sol peruano debería ser aliviada

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21 noviembre 2018

Autor
Enrique Díaz-Álvarez

Chief Risk Officer at Ebury. Committed to mitigating FX risk through tailored strategies, detailed market insight, and FXFC forecasting for Bloomberg.

El Nuevo Sol peruano (PEN) se ha mantenido frente al Dólar estadounidense, que ha sido más fuerte gran parte del año hasta el momento. Sin embargo, la moneda perdió terreno en agosto tras la crisis de la Lira turca y, actualmente, está operando en torno a su posición más débil desde enero de 2017.

A pesar de la venta masiva, el Nuevo Sol sigue siendo una de las monedas de mercados emergentes con mejor desempeño en el mundo hasta la fecha. El Nuevo Sol también ha sido la moneda menos volátil en América Latina este año, con sus niveles de volatilidad implícita considerablemente más bajos que cualquier otra moneda de la región. Esto se debe, en gran parte, a la intervención del banco central para limitar las fluctuaciones de la moneda.

El mejor desempeño del Nuevo Sol, comparado con muchos de sus pares en la primera mitad del año, se produjo en medio de un brusco aumento en los precios del cobre desde finales de 2016, la mayor fuente de ingresos de exportación de Perú. Los precios del cobre en la Bolsa de Metales de Londres aumentaron bruscamente en los dos años posteriores a 2016 subiendo por encima de los 7.300 dólares por tonelada a un máximo de cuatro años y medio en junio.

A esto, siguieron algunas noticias macroeconómicas ligeramente mejores de lo esperado en China, el mayor consumidor de cobre del mundo. Sin embargo, los temores de una guerra comercial entre EEUU y China han contribuido a una reversión, bastante abrupta, de esta tendencia alcista, con el retroceso del cobre a un mínimo de más de un año, alrededor de 6.000 por tonelada, en agosto.

Dada la gran contribución del producto a la producción económica general de Perú, no es de extrañar que el Nuevo Sol haya estado correlacionado con el precio del cobre en las últimas dos décadas, aunque esta relación ha sido notablemente más débil en los últimos dos años. Creemos que gran parte de esta divergencia puede atribuirse a la intervención del banco central.

Con el fin de aliviar, aún más, la presión sobre la moneda y apoyar a la economía nacional, el Banco Central de Perú se embarcó en una serie de recortes de tipos de interés en abril de 2017. Los tipos se redujeron en un total de 125 puntos básicos en 2017, con la reducción más reciente en el tipo principal en marzo, llevando los tipos a un mínimo de siete años, 2,75%, y terminando el ciclo de flexibilización. El tipo principal se mantuvo estable en la reunión de noviembre y los responsables políticos señalaron que era poco probable que el banco subiera los tipos hasta el próximo año, a menos que vieran signos de una recuperación económica fuerte o una inflación más alta.

A la falta de urgencia respecto a la normalización de políticas del banco central, ha seguido un desempeño económico relativamente decepcionante en Perú. La economía peruana sufrió un 2017 bastante decepcionante, con un crecimiento que se desaceleró por segundo año consecutivo, a solo el 2,5%, su ritmo más lento desde 2014. La actividad, al menos, ha comenzado a acelerarse este año, con un crecimiento de la economía del 5,4% en el segundo trimestre, su ritmo más rápido en más de cuatro años. El banco central elevó su pronóstico de crecimiento en agosto, aunque se redujo ligeramente a 4% para 2018 en septiembre. La inflación general también ha disminuido drásticamente desde principios de 2016, en parte, debido a un consumo interno más débil y, actualmente, está rondando el límite inferior del rango objetivo del banco central. Los precios al consumidor aumentaron solo un 1,3% en el año hasta septiembre, habiéndose mantenido por debajo del objetivo de inflación del 2% del banco.

Tras las recientes compras de moneda extranjera destinadas a evitar una apreciación del PEN, el banco central ha acumulado una gran cantidad de reservas de divisas en términos absolutos. Un aumento en las importaciones significa que esto ha disminuido un poco en términos relativamente altos, aunque aún se mantiene en un nivel de cobertura de importaciones de 16 meses muy saludable. Esto debería proporcionar un montón de municiones para proteger la moneda si el sentimiento hacia el Nuevo Sol da un giro para peor. El saldo de cuenta corriente de Perú también ha mejorado en los últimos años y, si bien sigue siendo deficitario, ahora equivale solo al 1,3% del PIB. Una combinación de remesas de emigrantes e inversión extranjera directa debería ser suficiente para cubrir este déficit.

El Nuevo Sol ha evolucionado en línea con nuestras previsiones en los últimos doce meses. Creemos que la combinación de un repunte en la actividad económica, los precios más altos del cobre y la posibilidad de tipos más altos en el segundo trimestre del próximo año deberían aliviar la presión depreciativa de la moneda. En nuestra opinión, el banco central debería tener pocos problemas para mantener la tasa USDPEN en el extremo superior del rango reciente de 3,20- 3,30 este año.

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