COP: Creemos en una recuperación del Peso colombiano desde sus niveles actuales

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23 mayo 2019

Autor
Enrique Díaz-Álvarez

Chief Risk Officer at Ebury. Committed to mitigating FX risk through tailored strategies, detailed market insight, and FXFC forecasting for Bloomberg.

El Peso colombiano (COP) sufrió en la segunda mitad de 2018, vendiéndose violentamente en los últimos cinco meses del año.

La moneda perdió más del 10% de su valor entre principios de agosto y finales de diciembre, en gran parte, debido a la fortaleza del Dólar estadounidense y a una fuerte caída en los precios del petróleo , al que la economía colombiana está fuertemente vinculada. Una recuperación de los precios globales del petróleo ayudó a revertir gran parte de la caída del Peso a principios de año, aunque la moneda ha comenzado a venderse nuevamente cayendo a un nuevo mínimo de tres año en mayo.

El nivel de precios mundiales de petróleo se ha mantenido como uno de los principales factores determinantes del Peso en los últimos años. El Peso ha seguido, históricamente, una tendencia notablemente similar a la de los precios mundiales del petróleo, dado que el petróleo representa alrededor de dos tercios de los ingresos totales de exportación de Colombia. Los precios del crudo Brent colapsaron a finales de 2018, cayendo alrededor de un 40% en los últimos tres meses del año debido a las preocupaciones por el exceso de oferta y una desaceleración del crecimiento mundial. Sin embargo, los recientes recortes en la producción han provocado una fuerte reversión en el precio del producto, que se elevó a un máximo de casi seis meses en abril. Aunque, hasta el momento, ha habido una cierta desconexión entre ambos, en los próximos meses podría reiniciarse la tendencia, siempre que el petróleo continúe en niveles relativamente elevados.

Afortunadamente, la caída en los precios del petróleo en la última parte del año pasado aún no se ha filtrado materialmente hacia la economía colombiana. La economía doméstica ha continuado creciendo a un ritmo bastante constante, con un crecimiento interanual del 2,8% en el cuarto trimestre de 2018, un ritmo moderadamente más rápido que el registrado en el trimestre anterior. Esto fue impulsado, en gran medida, por un consumo sólido y un salto significativo en la inversión en el último trimestre. Los bajos tipos de interés según los estándares históricos y la inflación controlada aseguran que la perspectiva para 2019 sea bastante positiva. La producción industrial vuelve a estar en territorio positivo y, a pesar de la disminución, bastante brusca, a principios de año, el PMI manufacturero está ahora en un máximo de cuatro meses, 51,0. Las previsiones de crecimiento para este año, ahora, están alrededor del nivel de 3,5% aunque una escalada en la crisis venezolana presenta un riesgo a la baja para la economía colombiana.

El reciente nivel relativamente sólido de crecimiento se ha visto favorecido por el prolongado período de tipos estables por parte del Banco Central de Colombia. En un intento por apoyar la economía doméstica, el Banco Central de Colombia se embarcó en una serie de recortes en los tipos de interés, durante un año a partir de finales de 2016, reduciendo su tipo principal de casi 8% a 4,25% en mayo de 2018. Con una inflación, ahora, de nuevo bajo control, hay muchas posibilidades de que podamos ver la primera subida del banco desde 2016 en una de las próximas reuniones del banco central, aunque probablemente no antes del tercer trimestre.

La inflación general aumentó ligeramente hasta el 3,3% en abril, aunque se mantiene en la mitad del rango objetivo del banco central del 3% /- 1pp. La inflación controlada garantiza que los tipos de interés reales sigan siendo firmemente positivos, habiendo permanecido alrededor de la marca del 1% en todos los meses desde el inicio del año pasado. Creemos que esto debería continuar brindando un apoyo decente para el COP si éste sigue siendo el caso durante el resto del año.

Una preocupación para las perspectivas de Colombia es el creciente déficit en cuenta corriente del país, que se ha incrementado últimamente, en parte, debido a la crisis económica en la vecina Venezuela. El país, ahora en bancarrota y que actualmente sufre una crisis económica y política de proporciones históricas, representa la mitad del ciento por ciento de los ingresos de exportación de Colombia ya que no hace mucho fue el segundo socio comercial más grande del país.

El déficit aumentó al 5,4% del PIB en el cuarto trimestre de 2018, su mayor nivel desde finales de 2015. Si bien esto no es una señal particularmente alentadora, el reciente aumento en los precios del petróleo debería ayudar a reducir el déficit.

Creemos que las perspectivas para la economía colombiana no son tan malas como sugiere la reciente depreciación del COP. La economía sigue creciendo a un ritmo constante y debería seguir respaldada por el reciente aumento de los precios mundiales del petróleo. Las reservas de divisas del banco central también aumentaron considerablemente en lo que va de 2019 y, ahora, están en el equivalente de, aproximadamente, doce meses de cobertura de importación. Este es un nivel más amplio que debería permitir que el banco central intervenga para proteger al COP. La reciente venta masiva también ha dejado al Peso en niveles relativamente baratos, lo que podría proporcionar una propuesta atractiva para los inversores.

Teniendo en cuenta los factores antes mencionados, creemos en una recuperación del COP este año desde sus niveles actuales infravalorados frente al Dólar estadounidense.

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